Antes de incorporar un nuevo libro, observa los colores predominantes en tu casa y selecciona portadas que los acompañen o los complementen. En ambientes rústicos, por ejemplo, los tonos beige, tostado o blanco funcionan de maravilla. Y si el ejemplar tiene funda de papel, siempre puedes retirarla para dejar a la vista la tapa dura, que suele ofrecer un acabado limpio, monocromático y con textura.

En la mesa de centro: apilados o abiertos en una página atractiva. Coloca el libro más grande en la base y el más pequeño en la parte superior. Los grupos de tres son un clásico que nunca falla.

Si tienes muchos ejemplares: apílalos junto al sofá y suma una bandeja encima. Así, transformas los libros en una mesa auxiliar original y práctica.

En estanterías: juega con disposiciones horizontales y verticales. Recuerda alinear los lomos con el borde frontal del estante y, si los colores no combinan, ponerlos del revés para lograr uniformidad visual.

Los coffee table books se realzan aún más cuando se combinan con otros objetos deco. Coloca una vela, un jarrón o un marco de fotos encima de la pila para sumar altura e interés visual. También puedes incorporar plantas o flores: la frescura natural suaviza el ambiente y aporta luz.

Un detalle extra es mezclar elementos funcionales y decorativos: frascos de vidrio, cajas para guardar controles o pequeñas esculturas. Así, tus libros no solo decoran, sino que se integran en la vida diaria de tu hogar, creando un entorno acogedor y lleno de estilo.

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